nonePág. 134 de 158Cañas y BarroVicente Blasco IbáñezLa oscuridad era cada vez más tenue. Se adivinaba la proximidad del día. Sobre el cielo gris del amanecer pasaban, como resbaladizas gotas de tinta ...
De Oñate a La Granja& 160;: 8de Benito Pérez Galdós & 191;Y qu& 233; le dec& 237;a el castrense andaluz? Nada que pudiese interesarle. Empez& 243; declar& 225;ndose liberal, atribuyendo el radicalismo ...
Grito de gloria& 160;: 33de Eduardo Acevedo Díaz No fue Esteban m& 225;s afortunado que Cuar& 243; en su aventura de acorrer a Luis Mar& 237;a, cuando era & 233;ste acometido en la loma por los ...
Amalia: Donde continúan las escenas de un baile Segunda parte, Capítulo 10de José Mármol Daniel entraba a los salones del baile a las doce de la noche, como se ha visto al final del capítulo VII. ...
Che Guevarade Colección Grandes Biografías IntroducciónChe Guevara estuvo en Madrid en 1959.CUANDO en noviembre de 1953 los viajeros desembarcan en el puerto guatemalteco de San José, el país hervía ...
none& 160;08Pág. 08 de 36 La madre NaturalezaEmilia Pardo BazánCapítulo VIIIEl cuarto que dio Juncal a su huésped era en la planta baja, cerca del comedor, y tenía puertecilla de salida a una especie ...
EN «La California» recibe a su antiguo amigo Brassaï, después de trece años de no verse. Los dos se extrañan de la fecha en que charlaron la última vez. El artista fotógrafo ha temido molestarle, le ...
Los sucesos anteriores por los que mi tío diera tanta importancia al sueño del escultor y al bajorrelieve eran el tema de la segunda mitad del largo manuscrito. Ya una vez, parecía, el profesor Angell ...
Ismael& 160;: 5de Eduardo Acevedo Díaz Transcurridos algunos instantes de religiosa calma, reincorpor& 225;ronse los que se hab& 237;an puesto de rodillas, persign& 225;ndose r& 225;pidamente; una tos ...
La Regenta - Capítulo Ide Leopoldo Alas La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte. En las calles ...
España trágica& 160;: 25de Benito Pérez Galdós Ibero llevaba con paciencia la derrota de Espartero (ocho votos no m& 225;s, ocho leales), y s& 243;lo pensaba en describir a su amigo la efervescencia ...
Capítulo II& 160;03Pág. 03 de 29El cisne de VilamortaEmilia Pardo BazánSegundo García, el del abogado y Leocadia Otero, la maestra de escuela de Vilamorta, se conocieron en primavera, en una romería. ...
Érase una vez un comerciante tan rico, que habría podido empedrar toda la calle con monedas de plata, y aún casi un callejón por añadidura; pero se guardó de hacerlo, pues el hombre conocía mejores ...
Capítulo I& 160;10Pág. 10 de 21En la carrera- Segunda parteFelipe TrigoGanó el alto del cerro y dio vista a Badajoz. Se había desorientado un poco. Conocía casi un tercio de provincia palmo a palmo ...
De Cartago a Sagunto& 160;: 4de Benito Pérez Galdós F& 225;ltame decir, para redondear la personalidad de Colau, que en el traj& 237;n del contrabando tambi& 233;n comerciaba. En aquellos tiempos era ...
El sabor de la tierruca-XXVII: Genio y figura...de José María de Pereda La rápida y feliz convalecencia de Pablo volvió a normalizar la vida en ambas casas; con lo que reaparecieron en el salón de don ...
Ismael& 160;: 45de Eduardo Acevedo Díaz Quedose luego en suspenso, marchita y triste, con los ojos vagos en el espacio lejano. Despu& 233;s de algunos segundos, se volvi& 243; a Tata Melcho y levant ...
La Regenta - Capítulo XIde Leopoldo Alas El Magistral era gran madrugador. Su vida llena de ocupaciones de muy distinto género, no le dejaba libre para el estudio más que las horas primeras del día ...
Capítulo VII& 160;08Pág. 08 de 18JarrapellejosFelipe TrigoDespertó (dix-her, msiú ); vio por el entreabierto balcón la columnata de la Madeleine; oyó el rugir de los autobuses y el cri de los ...
XXX(La de Bringas)de Benito Pérez Galdós Lo que le valió un cariñoso estrujón y un beso de su papá querido.Y aquella noche, sintiéndola entrar en su cuarto, llamola y la sentó en sus rodillas.-¿Tu ...
2.493 palabras
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