Luchana& 160;: 16de Benito Pérez Galdós Seguramente no se equivocaba la ni& 241;a al pensar que gente mejor que aquella no exist& 237;a en el mundo. & 161;Qu& 233; diferencia de Jacoba No pod& 237;a ...
Gerona& 160;: 12de Benito Pérez Galdós Repentinamente me ocurri& 243; una idea salvadora. -Siseta -dije a mi amiga-. Hace d& 237;as que no veo a Pichota; pero supongo que andar& 225; por ah& 237; con ...
... , lo mismo que la sanguijuela A o la sanguijuela B. Mariano gruñía, dando a conocer, con bárbaro modo, su ardiente anhelo de ser sanguijuela. «Ea, bastante se ha charlado -dijo el maestro echando ...
... días de mal tiempo nos encerrábamosen la cámara a hablar y a jugar.El capitán era un bárbaro, como todo capitán negrero de esa época. Allí, al. que faltaba, ya se sabía, loazotaban como a un perro ...
... nuevas culpas contra ti; pero yo me culpo a mí... ENRIQUEMira, señor, que no entiendo... 180 REYCalla, bárbaro: no doy a tus disculpas oídos. Necio, ¡qué , ¿no has entendido la cólera ...
Ismael& 160;: 51de Eduardo Acevedo Díaz Cuando Ismael se separaba de la divisi& 243;n de Manuel Francisco Artigas para dirigirse a la estancia de Fuentes, su compa& 241;ero Aldama de qui& 233;n est ...
La familia de León RochSegunda ParteCapítulo IV El mayor monstruo el Crupde Benito Pérez Galdós Por la ma& 241;ana muy temprano, Le& 243;n se dirigi& 243; en su coche a Carabanchel. Era el aire ...
... vio próxima a las suyas: y con tanto brío menudeó los golpes, que a uno que le alcanzó entre los ojos, el bárbaro galán hubo de exhalar imprecaciones sofocadas, retrocediendo y dejando el campo libre ...
... amigote de Mauricio, Leoncio Boltaña -a quien un cronista de provincia calificó, incurriendo en bárbaro galicismo, de hombre de caballo-, y Celso Colmenar, familiarísimo del Duque. ¿Quién no conoce ...
... tengo abajo en el corral... y se la iba a llevar mañana. Nada... ¿has visto qué bárbaro?... sin dar la menor importancia a lo del casamiento. Ahora lo comprendo todo. ¡Qué monstruosidad ¡Casar ...
... tocar los cándidos umbrales,que apenas mira el pensamiento humano;& 160;& 160;& 160;fénix, a quien el bárbaro tiranopensó abrasar las alas inmortales,de cuyo fuego a nueva vida sales,la pluma de oro ...
Prosas profanas y otros poemas: El faisánde Rubén Darío Dijo sus secretos el faisán de oro: - En el gabinete mi blanco tesoro, De sus claras risas el divino coro. Las bellas figuras de los gobelinos ...
... obreros se descuernen inventándolos o haciéndolos...» Un eructo, un eructo de satisfecha digestión, el bárbaro Jarrapellejos, el Congreso, toda la triste y burguesa España del Cid y del garbanzo ...
Los cuatro jinetes del Apocalipsisde Vicente Blasco Ibáñez Primera ParteIV - El primo de BerlínEl estudio de Julio Desnoyers ocupaba el & 250;ltimo piso sobre la calle. El ascensor y la escalera ...
... Cherebiátnikov corre en pos de los apaleadores desternillándose de risa. ¡Cómo goza el malvado Aquel bárbaro espectáculo le divierte, ríe a carcajadas estrepitosas y con bien timbrado acento repite ...
... miedo de comer solo, porque me distraigo, se me enfría la comida, y hasta se da el caso de que me entre un bárbaro deseo de arrojarla por la ventana, sin probar de ella, por puro flujo de abstinencia ...
Arroz y Tartana& 160;: 2de Vicente Blasco Ibáñez En & 233;poca pasada, aunque no remota, el Mercado de Valencia ten& 237;a una leyenda, que corr& 237;a como v& 225;lida en todos sus establecimientos ...
... terreno para la irrupción de una nueva potencia hegemónica: Macedonia.El reino de Macedonia, bárbaro para los griegos, se había mantenido al margen del desarrollo histórico helénico hasta la llegada ...
... formada por sus libros supo dominarse, ¿pudiera nadie predecir adónde llegaría un bárbaro cualquiera bien comido, aunque se le enseñase a leer?¡Bah, leer ¡Para que leyese periódicos, media docena ...
... amenazas. Más de una vez, desde su llegada al país, habían sido indignados testigos del bárbaro culto de los indígenas, de sus sacrificios humanos y de sus comidas caníbales.Los españoles ni siquiera ...
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