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David CopperfieldSegunda Parte: Capítulo VIIIde Charles Dickens Hasta que llegó el día de recibir a mis antiguos amigos viví principalmente de Dora y de café. En el estado de enamoramiento en que me ...
Excitada por la crisis nerviosa en que se encontraba, o por la desgracia de su hija, que le hacía desarrollar toda su ternura e inteligencia, la perspicacia de la señora Grandet le hizo ver un ...
Esta es la versión para imprimir de Las brujas (novela).Si imprimes esta página, o eliges la opción de Vista preliminar de impresión en tu navegador, verás que desaparecen este cuadro, los encabezados ...
Esta es la versión para imprimir de El purgatorio de San Patricio.Si imprimes esta página, o eliges la opción de Vista preliminar de impresión en tu navegador, verás que desaparecen este cuadro, los ...
El escándaloLibro VI - La verdad sospechosade Pedro Antonio de Alarcón1875 Parte I. La puerta del PurgatorioNo tengo para qué analizar la anterior escena. ¡Tristísimos sucesos van a servirle ahora mis ...
Los trabajos de Persiles y SegismundaLibro Tercero Capítulo IXde Miguel de Cervantes y Saavedra Tercer LibroCapítulo NonoCon los aires de su patria se regocijaron los espírit us de Antonio, y con el ...
Zuritade Leopoldo Alas I-¿Cómo se llama V.? -preguntó el catedrático, que usaba anteojos de cristal ahumado y bigotes de medio punto, erizados, de un castaño claro. Una voz que temblaba como la hoja ...
IgualdadCapítulo XXI.En el gimnasiode Edward Bellamy Edith había subido a la buhardilla de la casa a tiempo para oir lo último de nuestra charla, y entonces dijo a su padre:"Considerando lo que has ...
Esta es la versión para imprimir de El sombrero de tres picos.Si imprimes esta página, o eliges la opción de Vista preliminar de impresión en tu navegador, verás que desaparecen este cuadro, los ...
CRISI IIde El Criticón: Tercera parte CRISI SEGUNDAEl estanco de los ViciosLlamó acertadamente el filósofo divino al compuesto humano, sonoro, animadoinstrumento, que cuando está bien templado hace ...
XI. -Y por cierto -dije- que tengo en la mente muchas otras razones para suponer que la ciudad que fundábamos es la mejor que pueda darse; pero lo afirmo sobre todo cuando pongo mi atención en lo que ...
El equipaje del Rey José& 160;: 26de Benito Pérez Galdós Aquella a quien o& 237;mos primero junto a la empalizada de una huerta de la Puebla de Arganz& 243;n, y acabamos de ver y o& 237;r ahora mis ...
on frecuencia se dice que Santo Tomás, a diferencia de San Francisco, no permitió en su obra el indescriptible elemento de la poesía. Como, por ejemplo, que hay escasas referencias a cualquier placer ...
Lo prohibido& 160;: XVRefiero cómo se me murió mi ahijadoy las cosas que pasaron despuésde Benito Pérez Galdós IDurante una semana estuve distraído por pesares que no vacilo en llamar domésticos. El ...
AQUEL verano el novelista no acudió a Vera. En los últimos tiempos había empezado a perder ese caudal inagotable de vida que es la curiosidad. Cuando los viejos empiezan a notar un frío y lacerante ...
Esta es la versión para imprimir de El capitán Veneno.Si imprimes esta página, o eliges la opción de Vista preliminar de impresión en tu navegador, verás que desaparecen este cuadro, los encabezados ...
Esta es la versión para imprimir de La Corte de Carlos IV.Si imprimes esta página, o eliges la opción de Vista preliminar de impresión en tu navegador, verás que desaparecen este cuadro, los ...
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Narraciones inverosímiles La mujer alta: cuento de miedode Pedro Antonio de Alarcón --¡ Qué sabemos Amigos míos.... ¡qué sabemos --exclamó Gabriel, distinguido ingeniero de Montes, sentándose ...
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