Paisaje y arquitectura Tal vez lo extraordinario de este paisaje sea precisamente la percepción cambiante de la distancia y la cercanía. Desde la costa se divisa un panorama natural integrado por montañas de granito y sienita, de origen volcánico, que se formaron en la era cretácea. La estrecha línea montañosa de la sierra poblada de bosques causa un efecto óptico imponente, aunque en realidad su altitud es escasa, ya que ésta se eleva en un paisaje relativamente llano. Por el contrario, desde cerca, la vista se extiende por una campiña poblada de conjuntos arquitectónicos que se ha ido forjando a lo largo de siglos. Sintra, actualmente una pequeña ciudad agrícola con 20.000 habitantes, se presenta como una mezcolanza entre las estrecheces medievales y la munificencia de los nuevos tiempos. Un laberinto compuesto de casas acodadas y calles se ensancha formando plazas y mercados; magníficos parques constituyen el marco arquitectónico de románticas villas, mientras que el espacioso complejo del Paco Real, el palacio real, parece haber desbordado las proporciones de esta pequeña ciudad.