Si quise, si adoré, ¡qué error terrible!
Si quise, si adoré, ¡qué error terrible! de Lope de Vega Soneto XCI Si quise, si adoré, ¡qué error terrible!, hermosura mortal, ¿cómo ignoraba la tuya celestial, pues me enseñaba lo invisible, Señor, por lo visible? Tu gloria, eterno Dios, incorruptible, cuando ídolos humanos fabricaba, como gentil y bárbaro trocaba en imagen del hombre corruptible. ¡Ay, Dios, y cuán escuro que tenía entonces mi turbado entendimiento, sin ver la luz en la mitad del día! ...
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