Historia de la vida del Buscón: Libro Segundo: Capítulo IV
Historia de la vida del Buscón Libro Segundo: Capítulo IV: Del hospedaje de su tío, y visitas; la cobranza de su hacienda y vuelta a la corte de Francisco de Quevedo Tenía mi buen tío su alojamiento junto al matadero, en casa de un aguador. Entramos en ella, y díjome: -No es alcázar la posada, pero yo os prometo, sobrino, que es a propósito para dar expediente a mis negocios. Subimos por una escalera, que sólo aguardé a ver lo que me sucedía en lo alto, para si se diferenciaba en algo de la horca. Entramos en un aposento tan bajo que andábamos por él como quien recibe bendiciones, con las cabezas bajas. Colgó la penca en un clavo, que estaba con otros de que colgaban cordeles, lazos, cuchillos, escarpias y otras herramientas del oficio. Díjome que por qué no me quitaba el manteo y me sentaba; yo le dije que no lo tenía de costumbre. Dios sabe cuál estaba de ver la infamia de mi tío, el cual me dijo que había tenido ventura en topar con él en tan buena...
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