Poema Originariamente dedicado a dioses o héroes (salmos bíblicos, vedas indios); en la antigua Grecia era cantado normalmente por un coro, que solía acompañarse de una cítara, y se empleó como verso el hexámetro, aunque más tarde también se compuso con otras formas métricas más líricas (Anacreonte, Alceo). De carácter religioso en un principio, por ej., los ditirambos en honor a Dioniso, adquirió con el tiempo un tono más literario, por ej., los himnos de Calímaco y Cleantes. Si bien en la Roma antigua el himno se cultivó menos que en Grecia (Carmen saeculare de Horacio), el cristianismo dio nuevo auge a esta composición. Los himnos cristianos más antiguos datan del s. IV, y proceden de Siria; en la Iglesia cristiana de Occidente, los himnos tradicionales provenían de Ambrosio de Milán e Hilario de Poitiers. Durante el renacimiento y la reforma se desarrolló en lenguas vernáculas (Lutero compuso y tradujo himnos latinos). En el s. XIX, lo cultivaron también autores como Hölderlin y Novalis. Posteriormente se han ido incluyendo contenidos patrióticos y políticos.