Catedral de Santiago de Compostela
Introducción Santiago de Compostela se convirtió pronto en objeto de culto y peregrinaje, hasta el punto que en el siglo XI igualaba la fama y devoción de Roma y Jerusalén –el número de peregrinos podía llegar ya a dos millones al año–. El peregrinaje generó rutas de peregrinación desde distintos puntos de Europa y a través de Francia, que conocemos como Camino de Santiago, con una serie de estaciones organizadas por las órdenes benedicti¬na y cisterciense para cuestiones de planime¬tría catedralicia e iconografía, los Caballeros Templarios para cuestiones de seguridad del viajante, y los Hospitalarios para cuestiones de alojamiento y sanidad. A partir del modelo ideal de Saint Gall y posteriormente el de Cluny, se creó una tipología de iglesias específicas para la peregrinación cuyos máximos exponentes son Saint-Martin de Tours, Saint-Martin de Limoges, Sainte-Foi de Conques, Saint-Sernin de Toulouse y Santiago de Compostela.
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