Cánovas : 08
Cánovas Capítulo VIII de Benito Pérez Galdós Confundidos Casiana y yo entre el gentío fastuoso y el de medio pelo que paseaba en la Castellana o el Retiro solíamos encontrarnos con Leona la Brava, acompañada de su amiga María Ruiz. Una tarde, bajando de la Casa de Fieras al Parterre, nos sorprendió la voz de Leonarda, a quien vimos bebiendo un vaso de agua en la Fuente Egipcia. No iba con María Ruiz sino con una doncella de servir llamada Pilar, que a Casiana conocía por haber dado juntas no pocos pasos en las correrías mundanas. Reunidas las tres mujeres y yo, seguimos deambulando. Leona, que en otras ocasiones había mostrado simpatía por Casiana, estuvo aquella tarde más expresiva, diciéndole entre otras cosas amables: «Mujer, no te des tanto tono. ¿Por qué no has ido a mi casa como me prometiste aquella noche que nos vimos a la salida de la Zarzuela? Tendré mucho gusto en que comas conmigo. Después de comer iremos al teatro, donde se nos agregará tu...
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