Talleres de manufacturas textiles creados en la América española, donde trabajaban los indios. Estos, en un principio, modestos talleres artesanos crecieron considerablemente a lo largo del s. XVI como consecuencia del aumento de la demanda de tejidos por parte de las cada vez más populosas ciudades mineras, carentes de la mano de obra necesaria para la producción textil. La necesidad de tejidos no hizo sino poner en evidencia lo gravoso que resultaba para los europeos residentes en las colonias la importanción de telas y materias primas; los primeros obrajes, que empleaban técnicas europeas, respondían a la demanda de una clientela española o de gustos hispanizados. A estos factores se añadió –es éste un elemento que no debe pasar desapercibido- la influencia del pensamiento de la Iglesia respecto a cómo debía ser la vestimenta del indio, hasta entonces prácticamente inexistente en las zonas más cálidas. De hecho, los obrajes propiamente dichos sustituyeron a unos...