Eulogio de Córdoba

Estudió con los clérigos de la iglesia de San Zoilo en Córdoba y tuvo por maestro al abad Esperaindeo. Entre otros discípulos de éste, trabó amistad con Álvaro Paulo, quien posteriormente sería su biógrafo. Ya con el estado eclesiástico, en 848, en compañía del diácono Teodemundo, partió en busca de sus hermanos Isidoro y Álvaro, quienes habían salido de la península Ibérica y de quienes su familia ignoraba el paradero. En su viaje recorrió el monasterio de San Zacarías en Navarra, donde conoció al abad Odoario, y Pamplona (Navarra), donde tuvo ocasión de tratar con el obispo Viliesindo, a quien escribiría una epístola (851). Pasó a Zaragoza, donde fue hospedado por el obispo Senior e informado del paradero de sus hermanos, emprendió el regreso a Córdoba; visitó Sigüenza (provincia de Guadalajara), Alcalá de Henares y Toledo, recibiendo la hospitalidad de sus respectivos obispos, Sisemundo, Venerio y Vistremiro.