Introducción Manuel de Falla, hacia 1930. UN mes antes de trasladarse a Londres para asistir al estreno de El sombrero de tres picos, Falla sufrió la siempre triste desgracia de tener que acompañar los restos mortales de su padre, que recibieron cristiana sepultura en el cementerio de Madrid, donde la familia residía desde hacía tiempo. Don José María de Falla y Franco no pudo rehacer su vida después de unos graves descalabros comerciales sufridos a consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Numerosas fueron las ocasiones en que intentó recuperar la prosperidad económica de que antes gozaba la familia, por medio de algunas operaciones comerciales, pero el éxito no le acompañó nunca. El señor Falla, siempre activo y emprendedor, se vio así hundido en una crisis de desconfianza en sí mismo, que muy bien pudo ser la causa de su rápida y prematura muerte.