Viaje al centro de la Tierra: Capítulo 26
Viaje al centro de la Tierra Capítulo 26 de Julio Verne Preciso es confesar que hasta entonces todo había marchado bien, no existiendo el menor motivo de queja. Si las dificultades no aumentaban, era seguro que alcanzaríamos nuestro objeto. ¡Qué gloria para todos en el caso afortunado! ¡Ya me iba habituando a raciocinar por el sistema Lidenbrock! ¿Sería debido al extraño medio en que vivía? ¡Quién sabe! Durante algunos días, pendientes mucho más rápidas. algunas de ellas de aterrador declive, nos internaron profundamente en el macizo de granito llegando algunas jornadas a avanzar legua y media o dos leguas hacia el centro. En algunas bajadas peligrosas, la destreza de Hans y su maravillosa sangre fría nos fueron de utilidad suma. El flemático islandés se sacrificaba con una indiferencia incomprensible, y, gracias a él, franqueamos más de un paso difícil del cual no habríamos salido nosotros solos. Su mutismo aumentaba de un día en otro, y hasta creo que nos...
Está viendo el 10% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas