Un marido ideal: Acto II

Un marido idealSegundo acto de Oscar Wilde Escenario: Saloncito de confianza en casa de sir Roberto Chiltern. Lord Goring, vestido a la última moda, está tumbado en un sillón. Sir Roberto se encuentra en pie ante la chimenea. Se le nota vivamente agitado e inquieto. Durante la escena recorre la habitación con movimientos nerviosos. LORD GORING.- Mi querido Roberto, es este un asunto muy embarazoso, de los más embarazosos. Debió usted decírselo todo a su mujer. Los secretos que sabe uno de las mujeres de los demás constituyen un lujo necesario en la vida moderna. Al menos, eso me han dicho siempre en el club señores lo suficientemente calvos para saber a qué atenerse. Pero no debía tener uno nunca secretos para su mujer. Las mujeres acaban siempre por descubrirlos. Tienen un instinto maravilloso para ello. Son capaces de descubrirlo todo, excepto lo que salta a la vista. SIR ROBERTO CHILTERN.- Yo no podía decirle nada a mi mujer, Arturo. ¿Cuándo iba a contárselo?...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información