Otoño
A esta alameda murientehe traído mi cansancio,y estoy ya no sé qué tiempotendida bajo los álamos,que van cubriendo mi pechode su oro divino y tardo. Sin un ímpetu la tardese apagó tras de los álamos.Por mi corazón mendigoella no se ha ensangrentado.Y el amor al que tendí,para salvarme, los brazos,se está muriendo en mi almacomo arrebol desflocado. Y no llevaba más que estemanojito atribuladode ternura, entre mis carnescomo un infante, temblando, ¡Ahora se me va perdiendocomo un agua entre los álamos;pero es otoño, y no agito,para salvarlo, mis brazos! En mis sienes la hojarascaexhala un perfume manso.Tal vez morir sólo seair con asombro marchandoentre un rumor de hojas secasy por un parque extasiado. Aunque va a llegar la noche,y estoy sola, y ha blanqueadoel suelo un azahar de escarcha,para regresar no me alzo,ni hago lecho, entre las hojas,ni acierto a dar, sollozando,un inmenso Padre Nuestropor mi inmenso desamparo. Selección de poesía moderna...
Está viendo el 27% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas