Narváez : 4
Narváez Capítulo IV de Benito Pérez Galdós -Andaos con pulso en esto, queridos hijos -díjonos mi madre-, que si os inflama el espíritu de caridad, bien podéis satisfaceros mandando vuestra limosna con persona de casa. Pero no subáis: yo no he subido nunca, que desde niña me infundieron miedo al Castillo, y jamás, en mi larga vida, lo he podido desechar. ¿Llamáis a esto superstición? Dadle el nombre que gustéis: yo lo llamo respeto a la costumbre, y persistencia en los sentimientos que en mi niñez me inculcaron. Harto sé que es pecado creer en brujas y en apariciones de duendes o trasgos; pero no me negaréis que el Espíritu Maligno existe, y que hay Infierno, y por consiguiente diablo y diablillos que andan siempre en el ministerio de tentarnos y hacernos todo el mal que pueden... Y no me digáis que lo que hace D. Buenaventura podéis hacerlo vosotros, pues con eso no estoy conforme. Es el amigo Miedes muy descuidado, no sólo en las ideas, sino en su persona y...
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