Mi adorada Emy
(fragmento) Emy se desprendió de los brazos de Carlos y se dirigió a su recámara. “Comeremos fuera”, le dije. “Tenemos que ir por los boletos”. Carlos vio cerrarse la puerta de la alcoba y trató de adivinar qué vestido se pondría Emy, pero antes de que se formara una imagen definitiva la puerta volvió a abrirse. — ¿Cómo se pronuncia Iowa? Carlos se lo dijo y Emy desapareció otra vez. De ahí en adelante ya no volverían a esperanzarse sin que la palabra Iowa aflorase de una u otra manera a su conversación, aprenderían incluso a pronunciarla con la sola mirada, con un simple movimiento de hombros o con una sonrisa retenida para no hacer las cosas demasiado obvias. Mendoza y Emy veían en ese corto viaje a los Estados Unidos la apertura de una nueva vida, aunque tal vez hubiesen preferido renunciar al viaje antes que admitir la importancia desmedida que tenía para ellos ese cursillo de conferencias en una universidad de la que no sabían casi nada. La forma...
Está viendo el 7% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas