Meditación (Balart)
Sus mejores versos Meditación de Federico Balart Sabio, en verdad, muy sabio es nuestro siglo: ni trasgo, ni quimera, ni vestigio, ni tartárea visión ofuscan su serena fantasía, cuyo fondo penetra, clara y fría, la luz de la razón. Los altos vuelos de la mente humana, las risueñas promesas de mañana, las victorias de ayer, todo concurre a enaltecer su imperio, y el címbalo, y el arpa, y el salterio celebran su poder. Para la ciencia humana no hay ya enigma: en todo imprime su profundo estigma viril la Humanidad; y en sus manos, que tierra y mar trastornan, las audaces hipótesis se tornan en viva realidad. Mas ¡ay! el hombre, en su constante anhelo, la mirada jamás dirige al Cielo, de otra verdad en pos; y al mirar a esa turba tornadiza que ni reza ni llora, me horroriza la soledad de Dios. Sobre este campo de tenaz pelea, ni un incensario para honrarle humea, ni un altar queda en pie; y a la puerta del Cielo solitaria ya no llega el clanior de la plegaria ni el...
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