Los tres mosqueteros: Capítulo LXI
Los tres mosqueterosEl convento de las Carmelitas de Béthune de Alejandro Dumas (padre) Los grandes criminales llevan con ellos una especie de predestinación que los hace superar todos los obstáculos, que los hace escapar de todos los peligros, hasta el momento en que la Providencia, cansada, ha marcado por escollo de su fortuna impía. Así ocurría con Milady; pasó a través de los cruceros de las dos naciones, y arribó a Boulogne sin ningún accidente. Y si al desembarcar en Portsmouth Milady era una inglesa a quienes las persecuciones de Francia echaban de La Rochelle, al desembarcar en Boulogne, tras dos días de travesía, se hizo pasar por una francesa a quien los ingleses molestaban en Portsmouth, por el odio que habían concebido contra Francia. Milady tenía por otro lado el más eficaz de los pasaportes: su belleza, su gran aspecto y la generosidad con que repartía las pistolas. Eximida de las formalidades de costumbre por la sonrisa afable y las maneras...
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