Los Ayacuchos : 16
Los Ayacuchos Capítulo XVI de Benito Pérez Galdós Prosigue la carta de D. Fernando -Será mentira -dijo con gracia mi futura consorte-; pero el que tales papas inventó quiso representar con ello que los grandes fines no son alcanzados por el hombre sino a fuerza de penalidades y sacrificios... -¿Y te parece que aún no he penado yo bastante para merecer la gloria terrestre, que eres tú? -Cállate la boca y déjame acabar. Pasemos revista a tus trabajos, a ver cómo están tus cuentas con la gloria terrestre. El primer trabajo fue cuando te lanzaste al Norte, en plena guerra, con aquel pillo de Rapella, en busca de tu novia, la diamantista; tenemos Uno. -Uno -repetí yo, que, viéndola contar por los dedos, abrí mi mano junto a la suya para llevar por duplicado la suma. -Sigue ahora el trabajo de más mérito, el más difícil, el más heroico, el que te ha dado celebridad en todo el mundo, la grande hazaña de sacar del cautiverio de Oñate a las niñas de Castro y...
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