Las tormentas del 48: 31
Las tormentas del 48 Capítulo XXXI de Benito Pérez Galdós 12 de Junio.- Ayer empezó el día con un tremendo disgusto. Presentóseme muy de mañana una mujer desgreñada y con aspecto de loca; rodeábala un enjambre de chiquillos de diferente edad, rotos y sucios, mocosos y famélicos. Era la esposa del buen Cuadrado, y a contarme venía un infortunio que para ella es como si todo el firmamento con estrellas grandes y chicas, y el Sol y la Luna, se le hubiese caído encima. El pobre D. Faustino, que movido del hambre más que del furor político, tuvo platónica participación en la trifulca de mayo, llevando recadillos y órdenes al cuartel del Hospicio, residencia del regimiento de España, había sido preso y llevado a San Francisco. Véase cómo: Una mañanita se presentó la policía en la casa, y sin más que un véngase usted con nosotros, se le llevaron... Creyó la pobre mujer que pronto le soltarían, como a tantos otros, por no poder probarles nada, y así se lo...
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