Las tormentas del 48: 25
Las tormentas del 48 Capítulo XXV de Benito Pérez Galdós 14 de Mayo.- Pasó la tormenta, dejando en mi alma gran destrozo, árboles caídos, caminos deshechos, ruinas y cambios lamentables. Termino las referencias del día 8, manifestando que todo lo presupuesto se hizo con arreglo al programa: en un nicho de la Sacramental de San Andrés guardamos los restos de la enamorada Antoñita, a quien debo en estas Memorias enaltecer singularmente por su devoción de amor y sus arrebatos afectivos, sin mentar sus pecados y errores, que de ellos no pudo verse libre quien tenía la pasión y la fragilidad por componentes del alma. Y el acto de conducirla a su última morada me sirvió para proporcionar fáciles medios de ocultarse al amigo Nicolás Rivero, que temía los rigores de la policía por haber metido sus narices en aquel fregado de la plaza Mayor. Liquidé cuentas con Margarita, cuentas con Sotero, a quien di cuanto me pidió a condición de que no volviera jamás a...
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