Las mil y una noches:267
Las mil y una noches - Tomo II Pero cuando llegó la 268ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 268ª NOCHE Ella dijo: ... y la dejó para ir a preparar el golpe. Y hay que advertir que aquella noche el califa había entrado en el aposento de su esposa porque era el primer día del mes, y reservaba con regularidad aquel día para hablar con ella de los asuntos corrientes y preguntarle su opinión sobre todas las cuestiones generales y particulares del Imperio. Efectivamente, cifraba en ella una confianza ilimitada, y la quería por su cordura y su belleza inextinguible. Pero también hay que advertir que antes de entrar en la habitación de su esposa el califa tenía costumbre dejar en el vestíbulo, encima de un velador especial, un rosario de cuentas alternadas de ámbar y turquesas, su alfanje recto, con empuñadura de jade incrustada de rubíes gordos como huevos de paloma, su sello regio y una lamparita de oro adornada con pedrería, que le alumbraba cuando por las...
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