Las mil y una noches:246
Las mil y una noches - Tomo II Y cuando llegó la 246ª noche de Anónimo Y CUANDO LLEGO LA 246ª NOCHE Ella dijo: ... en la sexta habitación Así llegó a una sala alta, coronada por una hermosa cúpula, y cuyas paredes estaban adornadas con versículos en caracteres de oro que corrían por todas partes, enlazados en mil líneas perfectas; las paredes estaban tapizadas con seda de color de rosa; las ventanas tapizadas con finas cortinas de gasa, y el suelo cubierto con inmensas alfombras de Khorassan y Cachemira; en los taburetes aparecían colocadas copas con frutas, y encima de las alfombras se extendían fuentes cubiertas con un paño protector, que dejaba adivinar, por sus formas y sus perfumes admirables, esa famosa pastelería, delicia de las gargantas más descontentadizas, y que sólo Damasco, entre todas las ciudades de Oriente y del universo entero, sabía dotar de sus cualidades tan exquisitas. Y Feliz-Bello estaba muy lejos de figurarse lo que le reservaban en...
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