Las inquietudes de Shanti Andía: 088
none Pág. 088 de 156 Las inquietudes de Shanti Andía - Libro cuarto Pío Baroja En poco tiempo Tommy se impuso. No quería trabajar y trataba con un desprecio profundo a la marinería. Era un ejemplo de lo que puede el convencimiento de la propia fuerza aun entre gente bestial. Tommy se reía de nosotros; hasta la campana la tocaba de una manera burlona, haciendo un tintán endemoniado. Como Tommy no hacía nada, todos los trabajos del barco iban a dos pobres muchachos, el uno portugués y el otro bretón, a quienes aquellos bárbaros de marineros trataban a golpes. Zaldumbide mismo le miró a Tom con simpatía. Tommy era un clown, un verdadero diablo. Se había ganado la independencia, y fuera de tocar la campana para renovar las guardias, lo que hacía de la manera más escandalosa e impertinente que puede suponerse, no trabajaba nada. En cambio, educaba a nuestro perro y a la mona Mari-Zancos a la alta escuela. Little Tommy hacía juegos malabares con Demóstenes,...
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