Las inquietudes de Shanti Andía: 053
none Pág. 053 de 156 Las inquietudes de Shanti Andía - Libro segundo Pío Baroja Su final lo desconocía, pero era indudable ‘que mi tío, después de andar en algún barco negrero o pirata, había sido preso. Desde Ilo-Ilo hubiera escrito a su madre y ésta no hubiese tenido inconveniente en declarar que su hijo vivía. Encontrándose en presidio, se comprendía que mi orgullosa abuela prefiriese darle por muerto. Con un viaje muy malo, después de siete meses de navegación con temporales y borrascas, llegamos a Cádiz. Llevaba cinco años de mar. Tenía veintiocho. Estaba cansado. Recogí las cartas en el correo, y en la primera que leí, mi madre me decía que la abuela había muerto. Era conveniente que fuese a Lúzaro para arreglar las cuestiones de la herencia. Tenía tanto deseo de ver tierra, que rechacé la proposición de un compañero que quería llevarme en su barco hasta Bilbao, y tomé la diligencia para Madrid. Estuve una semana en la Corte, y el...
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