Las inquietudes de Shanti Andía: 037
none Pág. 037 de 156 Las inquietudes de Shanti Andía - Libro segundo Pío Baroja ¿Habrá que decir que yo estuve en su presencia torpe, turbado, hecho un tonto? No, no es necesario. Me encontraba en la edad del pavo, no había tratado a ninguna mujer y era naturalmente tímido. Doña Hortensia dijo al criado: -Dígale al señor que le esperamos para almorzar. Media hora después vino don Matías Cepeda y fui presentado a él. El señor Cepeda no era un hombre simpático, ni mucho menos; tenía la cara dura, juanetuda, la nariz chata, la frente pequeña y el bigote corto y cerdoso. Con don Ciríaco el señor Cepeda estuvo muy atento, y hasta pretendió ser ocurrente; a mí no me miró. Sin duda, el no tener cincuenta años, para don Matías, era una impertinencia. Solamente me dirigió una frase, y ésta me escoció: -Ten cuidado -me dijo-, porque aquí, en Cádiz, te van a tomar el pelo. Después de almorzar, don Matías y don Ciríaco se retiraron para hablar de...
Está viendo el 19% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas