Las inquietudes de Shanti Andía: 026
none Pág. 026 de 156 Las inquietudes de Shanti Andía - Libro primero Pío Baroja Cuando Caracas concluyó nuestro barco fuimos Zelayeta y yo a la rampa del muelle, lo pusimos en el agua, y el barco, como si estuviera cansado, se tendió suavemente y se le mojaron las velas. Por más arreglos que intentamos hacer, no llegamos a poner a flote el barco construido por Caracas. Como decorativo, lo era; para aparecer colgado en el crucero de una iglesia estaba muy bien, pero no andaba en el agua. Así son muchas de nuestras cosas. Para mitigar este fracaso, Shacu se avino, por consejo de Caracas, a prestarnos una chanela de Zapiain, el relojero y corredor de comercio. Esta chanela, que Shacu guardaba, se llamaba el Cachalote. Al principio le dábamos al guardián alguna moneda para tenerle contento, pero luego le cogíamos la lan- cha sin decirle nada. Mientras veía que entrábamos en el bote, hacía como que no se fijaba; pero cuando pasábamos por delante del agujero de...
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