La vuelta al mundo en la Numancia : 26
La vuelta al mundo en la Numancia Capítulo XXVI de Benito Pérez Galdós No cesaba el cuitado Ansúrez de voltear en su mente la idea sugerida por Fenelón de que toda la guerra y el combate final eran cosa romántica, como la fuga de Mara con Belisario, como el trasplante al Perú de la prenda de su corazón, y como la fabulosa riqueza y felicidad indudable de la niña en América. Hay, sin duda, romanticismo público y nacional, como lo hay privado y doméstico. Las naciones hacen versos lo mismo que esos vagos que llaman poetas... En la siguiente mañana, las obligaciones de su cargo le llevaron a un acto tristísimo, por su propia tristeza y desolación empapado en idealidad romántica. Encargado del transporte de muertos a la isla de San Lorenzo, donde se les daría cristiana sepultura, salió Diego de la Numancia en la lancha vapora, y fue de barco en barco recogiendo los botes en que ya estaban depositados los cadáveres, y dándoles remolque hasta el desembarcadero. La...
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