La tía Tula:V

30/12/2013 1.491 Palabras

La tía Tula de Miguel de Unamuno A poco de nacer la niña encontraron un día muerto al bueno de don Primitivo. Gertrudis le amortajó después de haberle lavado –quería que fuese limpio a la tumba con el mismo esmero con que había envuelto en pañales a sus sobrinos recién nacidos. Y a solas en el cuarto con el cuerpo del buen anciano, le lloró como no se creyera capaz de hacerlo. «Nunca habría creído que le quisiese tanto –se dijo–; era un bendito; de poco llega a hacerme creer que soy un pozo de prudencia; ¡era sencillo!» –Fue nuestro padre –le dijo a su hermana– y jamás le oímos una palabra más alta que otra. –¡Claro! –exclamó Rosa–; como que siempre nos dejó hacer nuestra santísima voluntad. –Porque sabía, Rosa, que su sola presencia santificaba nuestra voluntad. Fue nuestro padre; él nos educó. Y para educarnos le bastó la transparencia de su vida, tan sencilla, tan clara... –Es verdad, sí –dijo Rosa con los ojos henchidos de...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info