La Regenta:XXIX
La Regenta - Capítulo XXIX de Leopoldo Alas «El día de Navidad venga usted a comer el pavo con nosotros. Me lo han mandado de León lleno de nueces. Será cosa exquisita. Además, tengo vino de mi tierra, un Valdiñón que se masca...». Mesía no faltó a su promesa, y el día de Navidad comió en el caserón de los Ozores. El salón estaba ahora empapelado de azul y oro a cuadros; la gran chimenea churrigueresca se había conservado con sus ondulantes sirenas de abultado seno de yeso. Don Víctor se contentó con pintar de un blanco gris discreto, como él decía, todas aquellas cornisas, volutas, acantos, escocias y hojarasca. A los postres, el amo de la casa se quedó pensativo. Seguía con la mirada disimuladamente las idas y venidas de Petra, que servía a la mesa. Después del café pudo notar don Álvaro que su amigo estaba impaciente. Desde aquel verano, desde que habían vivido juntos en la fonda de La Costa, don Víctor se había acostumbrado a la comensalía de...
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