La lucha por la vida III: 126
none Pág. 126 de 127 La lucha por la vida III Tercera parte Pío Baroja -¡Buenas noches! -saludaron los policías. -¡Buenas noches! -contestaron los anarquistas. -Cochina rasa -gruñó Prats-. Este maldito pueblo había que quemarlo. Todos hablaron en el mismo sentido. Odio eterno, eterna execración contra la sociedad. Por la mañana algunos se fueron al trabajo, y quedaron Prats, el Libertario y Manuel. Estaban hablando cuando se presentó en el cuarto la Filipina. La Salvadora la dejó pasar. Había estado en el hospital, enferma. Se le notaba la enorme palidez en los labios y en los ojos. Le habían operado a la pobre y olía de un modo insoportable a yodoformo. Entró, tocó la cara del cadáver con las manos y empezó a llorar. Manuel la contempló con melancolía. Aquella tristeza de animal en los ojos, el cuerpo débil, las entrañas quemadas por el cirujano... -¡Maldita vida! -murmuró-. Había que reducirlo todo a cenizas. Salió la Filipina y a la media...
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