La lucha por la vida I: 066
none Pág. 066 de 97 La lucha por la vida I Tercera parte Pío Baroja Manuel oyó esta sentencia asombrado; pensó en aquella costurerita que iba a casa de la patrona, y después en la Salomé, y en que no le hubiese gustado hacerse querer de ellas martirizándolas; y barajando estás ideas quedó dormido. Cuando despertó sintió el frío, que le penetraba hasta los huesos. Alboreaba la mañana, ya no llovía; el cielo, aún oscuro, se llenaba de nubes negruzcas. Por encima de un seto de evónimos brillaba una estrella, en medio de la pálida franja del horizonte, y sobre aquella claridad de ópalo se destacaban entrecruzadas las ramas de los árboles, todavía sin hojas. Se oían silbidos de las locomotoras en la estación próxima; hacia Carabanchel palidecían las luces de los faroles en el campo oscuro entrevisto a la vaga luminosidad del día naciente. Madrid, plano, blanquecino, bañado por la humedad, brotaba de la noche con sus tejados, que cortaban en una...
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