La fontana de oro : 25
La fontana de oro Capítulo XXIV Rosa mística de Benito Pérez Galdós «Hoy no he rezado nada» decía la devota a Clara al día siguiente de la entrada de Lázaro en casa de las Porreñas. Estaban sentadas las dos en el sitio de costumbre. Doña Paulita tenía en la mano nada menos que a San Juan Crisóstomo. Clara bordaba en un pequeño telar. Su cara expresaba la más calmosa y profunda melancolía. En cambio la otra parecía muy inquieta, contra su costumbre. El observador hubiera visto moverse sus labios, deletreando en silencio la lectura mística, mientras dirigía con súbita mirada los ojos hacia la puerta, los tornaba en derredor, miraba a Clara sin fijeza, y, por último, se quedaba con la vista fija en el espacio, como cuando nos abandonamos a la contemplación de lo que no está junto a nosotros ni donde estamos nosotros. A veces parecía prestar atención a algo que pasaba fuera del cuarto: salía, se paraba en la puerta poniéndose en escucha, volvía a...
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