La fontana de oro : 13
La fontana de oro Capítulo XII La batalla de Platerías de Benito Pérez Galdós El sol y doña Leoncia aparecieron con igual esplendor y hermosura en las primeras horas del siguiente día. La patrona, dejando las ociosas lanas, dio principio a su tocado, que era algo complicado, porque consistía en una restauración concienzuda de todos los deterioros que en su persona hacían lentamente los años. Después de dar al viento la poca abundante cabellera, comenzaba a tejer un moño, que, a no recibir el refuerzo de unos hinchados cojinillos, no sería más grande que un huevo. Pasaba inmediatamente a adobarse el rostro, operación verificada tan hábil y discretamente, que no conociera la verdad de su mentira ni el mismo don Gil, que era la persona que más se acercaba a ella durante el día. A veces solía usar cierto pincelito; pero esto no era más que en los días clásicos, y no hacemos alto en ello por ahora. En estas ocupaciones estaba, mal ceñidas las faldas, sin...
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