La familia de León Roch : 3-13
La familia de León RochTercera ParteCapítulo XIII La batalla de Benito Pérez Galdós María fijó los ojos en Paoletti con expresión dulce. La ocasión era tan solemne, que el bendito clérigo enano, a pesar de estar muy hecho a emociones y a espectáculos tristes, se enterneció. Dominándose se acercó al lecho, tomó la mano ardiente y blanca que se le extendía, y dijo así con entusiasmo místico: -Ya estamos solos, mi querida hija, hermana y amiga, a quien profeso dulcísimo afecto; ya estamos solos, con nuestras ideas espirituales y nuestro fervor. No reine aquí el miedo, reine la alegría. ¡Conciencia purísima, levántate, no temas, muestra tu esplendor, recréate en ti misma, y así, en vez de temer la hora de tu libertad, la desearás con ansia! ¡Oh triunfo, no te disimules, vistiéndote de vencimiento! Menos ganosa que otras veces de saborear la miel regalada de aquel panal de misticismo, María Egipcíaca pensaba en otra cosa. Con amarga melancolía dijo:...
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