La entretenida: 023
Jornada I 023 Pág. 023 de 107 La entretenida Jornada I Miguel de Cervantes DON [ANTONIO] ¡Alto! Vos habéis hablado de modo que me obligáis a que de humilde subáis a más eminente estado, siendo al primero escalón 665 servirme de consejero; y así, amigo Ocaña, quiero mostraros mi corazón, para que, viendo patentes las ansias que en él se anidan, 670 ellas a tu ingenio pidan los remedios suficientes: que tal vez una dolencia casi incurable la sana de una vejezuela cana 675 una fácil experiencia. OCAÑA Dime tu mal, mi señor, y verás cómo en tantico tantos remedios aplico, que sanes con el menor. 680 Y si por ventura es el ciego el que te atormenta, puedes, señor, hacer cuenta de que ya sano te ves, porque no se ha de tomar 685 conmigo el dios ceguezuelo. DON [ANTONIO] Que no estás en ti recelo. OCAÑA ¿Pues en...
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