La desheredada : 1-07
La desheredadaPrimera ParteCapítulo VIITomando posesión de Madrid de Benito Pérez Galdós La noticia de la barrabasada de su hermano fue para Isidora un golpe terrible. Precisamente, cuando supo el extraño caso, hallábase en la más lisonjera situación de espíritu que un alma juvenil puede apetecer. Todas sus ideas tenían como un tinte de aurora; detrás de cuanto pensaba, creía notar un resplandor delicioso, el cual, demasiado vivo para contenerse en su alma, salía por los sentidos afuera y matizaba de extrañas claridades todos los objetos. Nada veía que no fuera para ella precioso, seductor, magnífico o por cualquier concepto interesante, y hasta un carro de muertos que encontró al salir de la casa, más que por fúnebre, le chocó por suntuoso. Había salido temprano a comprar varias cosillas, o si se quiere, había salido por salir, por ver aquel Madrid tan bullicioso, tan movible, espejo...
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