La desheredada : 1-03
La desheredadaPrimera ParteCapítulo IIIPecado de Benito Pérez Galdós «Ese tunante de Pecadillo -dijo la Sanguijuelerametiéndose por un portal obscuro- no sospecha que viene a verle su hermana. No te conocerá. Era un cachorro cuando te fuiste. Pero qué..., ¿no ves? Agárrate a mí, que yo veo en lo negro como las lechuzas». Atravesaron un antro. Encarnación empujó una puerta. Halláronse en extraño local de techo tan bajo que sin dificultad cualquier persona de mediana estatura lo tocaba con la mano. Por la izquierda recibía la luz de un patio estrecho, elevadísimo, formado de corredores sobrepuestos, de los cuales descendía un rumor de colmena, indicando la existencia de pequeñas viviendas numeradas, o sea de casa celular para pobres. La escasa claridad que de aquella abertura, más que patio, venía, llegaba tan debilitada al local bajo, que era necesario acostumbrar la vista para distinguir...
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