La corona de fuego: 22
La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira de José Pastor de la Roca Capítulo V - Tras de la cruz el diablo Quizás se arrepintió; pero era tarde. Profanación impía, ¡Fanático! leyó su alma cobarde En aquel garabato que mentía El nombre de que el joven hizo alarde. -Ahora bien, prosiguió el de Altamira, después de una breve pausa, durante la cual pudo reponerse algún tanto de su fatiga; a vista de estas confidencias que solo a Dios y a vos he hecho, y que no dudo sabréis reservar dentro de los verdaderos límites de la prudencia, supongo que haciendo cumplido honor a vuestra palabra, estaréis dispuesto a prestarme el inapreciable servicio de dar caza a ese infame ladrón de mi salud y de mi honra: y si lo estáis y sabéis cumplirlo, podéis estar bien seguro de la recompensa que os preparo, mayor quizás de lo que pudierais creer. Para ello se os facilitarán recursos de todo género, os daré la clave topográfica de mi alcázar, a fin de...
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