Huellas: 08
Huellas literarias No corre prisa... de Luis Bonafoux Por eso, porque no corre prisa, porque somos un pueblo de guitarristas y cantaores, no hay invento que pueda con nosotros. ¿El telégrafo? Pone usted un telegrama ahora, once de la mañana, avisando a su familia, la cual está en Pradanos, que sale usted esta tarde 11: efectivamente sale usted y no choca con ningún tren, ni descarrila usted, ni nada, y llega a Pradanos mañana a las diez de la misma (salvo retraso). Dos horas después se presenta un señor peatón con un parte... Es el telegrama de usted, por el cual pagó una peseta, y otra peseta tendrá usted que dar al señor peatón, quien para justificar la demora, dirá tranquilamente: «Me figuraba yo que no corría prisa.» Tampoco hay prisa en los trenes del ferrocarril. -¡Venta de Bañooos! ¡Ochenta y dos minutos de parada y fonda!... Es cómodo. Usted puede bajar del tren, visitar el pueblo, afeitarse, bailar un tango con el ama del cura, y todavía le sobra...
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