En la sangre:XXIX
En la sangre - Capítulo XXIX de Eugenio Cambaceres Admitido a frecuentar la casa, aceptado por la familia, una intimidad, una confianza, cada vez mayor, insensiblemente se establecía. No que fuera ésta provocada por Genaro, que tratase él de imponerse, que su conducta, su actitud, hubiesen nunca acosado de su parte el más ligero desmán, la más pequeña licencia. Lejos de eso, medido siempre y circunspecto, retraído en presencia de los padres, pecando más bien por un exceso de timidez y de modestia, hacía como por estudio gala de conservarse humilde a la distancia. Era una monada el joven, solía decir hablando de él la señora, tan atento, tan amable y tan formal al mismo tiempo... no había cuidado de que se excediese, de que se propasase en lo más mínimo ése, no era como otros atrevidos, sabía darse lugar. Sí, cierto, convenía el padre, parecía bueno el muchacho, discreto, serio, decente, muy hombrecito... y no era tonto tampoco. Sin duda, otros miembros y...
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