El Terror de 1824 : 6
El Terror de 1824 : 6 de Benito Pérez Galdós El triste día de la ejecución todo Madrid asistió a ella, lo mismo los absolutistas rabiosos que los antiguos patriotas, a excepción de los que no podían salir a la calle sin peligro de ser afeitados o arrojados en los pilones de las fuentes, cuando no hechos trizas por el vulgo. Pero entre tanto gentío faltó un hombre que durante el verano había vivido casi constantemente en la calle, entreteniendo a los desocupados y dando que reír a los pícaros. Echábanle de menos en las esquinas de la Puerta del Sol y en los diversos mentideros, por lo cual le creían muerto. No era cierto. Sarmiento vivía, gozando además de una regular salud. La primera noche que se quedó en casa de Solita durmió de un tirón once horas, y habiendo despertado al medio día, llamó con fuertes voces para que le llevaran chocolate. Dióselo la misma dueña de la...
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