El Terror de 1824 : 13
El Terror de 1824 : 13 de Benito Pérez Galdós Al día siguiente, después de las doce, entró Pipaón en la casa, muy agitado y sudoroso, como hombre que ha subido en pocas horas todas las escaleras de las oficinas de Madrid. Halló a D.ª Robustiana en lamentable estado. Yacía la atribulada señora en cama, y desde la noche anterior, lejos de calmarse sus ataques nerviosos, se habían exacerbado a causa de la inquebrantable resistencia a tomar alimento. Cuando Pipaón entró, no podía dar un paso en la estancia, porque estaba casi a oscuras con objeto de que la luz no molestase a la señora; mas por los suspiros que oía se fue guiando hasta que dio con el lecho y pudo distinguir a Solita, sentada junto a este sin apartar la atención ni un punto de su infeliz amiga. El ilustre cortesano de 1815 se sentó, cuidando de exhalar también un gran suspiro para que no se dudase de la autenticidad de su pena, y...
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