El sino: 06
El sino Capítulo VI de Joaquín Dicenta Anatolio conoció un astro nuevo, la luna de miel. Brilló ésta con absoluta plenitud en su cielo matrimonial durante algunos meses. Luego fué menguando poco á poco; no por falta de ilusión y de cariño entre los cónyuges; porque trabajo y necesidades la fueron recortando. No era posible en hogar humilde dedicar al amor todas las horas del día y de la noche. Anatolio volvió á sus anteojos y á sus cifras; Carmen tuvo que emplearse en la dificilísima tarea de estirar los duros y de ir preparando los primeros envoltorios para el fruto de bendición. A los nueve meses y veintiún días de la boda vino á este mundo el primer hijo de Anatolio y de Carmen. Después de aquél, con regularidad cronométrica, todos los años aparecía un nuevo vástago en la casa. Era fecunda, demasiado fecunda para un sueldo anual de dos mil pesetas, la esposa del astrónomo. Menos mal que ella criaba los chiquitines, y aun le daba tiempo la crianza...
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