El retrato de Dorian Gray : 12
El retrato de Dorian GrayCapítulo 12
de Oscar Wilde
Fue el nueve de noviembre, la víspera de su trigésimo octavo cumpleaños, como Dorian recordaría después con frecuencia.
Regresaba de casa de lord Henry, donde había cenado, a eso de las once, bien envuelto en un abrigo de piel, porque la noche era fría y neblinosa. En la esquina de Grosvenor Square y South Audley Street, un individuo que caminaba muy deprisa, alzado el cuello del abrigo, se cruzó con él entre la niebla. En la mano llevaba un maletín. Dorian lo reconoció. Era Basil Hallward. Una extraña sensación de miedo, inexplicable, lo dominó. No hizo gesto alguno de reconocimiento y siguió caminando a buen paso en dirección a su casa.
Pero Hallward lo había visto. Dorian le oyó primero detenerse y luego apresurar el paso tras él. Al cabo de unos instantes sintió su mano en el brazo.
-¡Dorian! ¡Qué suerte la mía! Llevo desde las nueve esperándote en la biblioteca de tu casa. Finalmente me he...
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