El pino: 4
- ¡Cuenta, cuenta!- Querían oír también el cuento de Ivede-Avede, pero tuvieron que contentarse con el de Clumple- Dumpe. El pino estaba inmóvil y pensativo; los pajaritos, allá en el bosque, no habían contado nunca semejantes cuentos.-¡Clumpe-Dumpe rodó la escalera y sin embargo se casó con la princesa! ¡Sí, si, ese es el mundo! – pensaba el pino, y lo creía porque el que lo contaba era un hombre muy agradable. –Sí, sí, quién sabe..., acaso ruede yo también la escalera y me case luego con una princesa – Y se alegraba ya de pensar que al día siguiente le adornarían de nuevo con luces y juguetes, oro y fruta. ¡Mañana no temblaré! – pensaba. – Gozaré de toda mi magnificencia! Mañana oiré otra vez el cuento de Clumple-Dumpe, y acaso también el de Ivede-Avede. Y durante toda la noche el árbol estuvo silencioso y pensativo. El día siguiente los criados y las criadas entraron. ¡Ahora me van a adornar de nuevo!- pensaba el árbol; pero ellos le sacaron...
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