El perro del hortelano: 56
Acto Segundo 56 Pág. 56 de 95 El perro del hortelano Acto II Lope de Vega ANARDA. Este pequeño he traído, y tu escribanía. DIANA. Llega, Teodoro, y toma la pluma. TEODORO. Hoy me mata o me destierra. DIANA. Escribe. TEODORO. Di. DIANA. No estás bien con la rodilla en la tierra; ponle, Anarda, una almohada. TEODORO. Yo estoy bien. DIANA. Pónsela, necia. TEODORO. No me agrada este favor sobre enojos y sospechas; que quien honra las rodillas cortar quiere la cabeza. Yo aguardo. DIANA. Yo digo ansí. TEODORO. Mil cruces hacer quisiera. Siéntese la condesa en una silla alta. Ella diga y él vaya escribiendo. DIANA. «Cuando una mujer principal se ha declarado con un hombre humilde, eslo mucho el término de volver a hablar con otra, mas quien no estima su fortuna, quédese para necio.» TEODORO. ¿No dices más? DIANA. Pues ¿qué más? El papel, Teodoro, cierra. ANARDA. ¿Qué es esto...
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