El médico rural: 27
Capítulo XVI 27 Pág. 27 de 28 El médico rural- Segunda parte Felipe Trigo Jacinta, tendida en la otomana, y débil aún en el novenario de su parto, sonreía hechizadamente mirando a Rosa vestir a la niñina; bordaba Inés, y calcaba Esteban dibujos de bordados contra un vidrio, al trasluz de la ventana. -¡Cartero! -se oyó al peatón en el pasillo. -¡Entre, Julián!... Sobre la mesa dejó el cartero los papeles, que a nadie le ofrecían curiosidad. Calcó Esteban otro rato, y vino a descansar, a fumar y a revisarlos. Una carta..., entre el agobio de anuncios de específicos y médicas revistas mercantiles que diariamente recibía. Rasgó el sobre. «Querido Esteban: Como me dijiste...» ¡Ah! Letra de mujer. Miró la firma... ¡De Evelina! A un ímpetu, la volvió a ocultar en el mar de papeluchos. Giró pálido los ojos y vio que ninguna de las tres habría podido verla: Jacinta y Rosa seguían en su abstracción con la pequeña; Inés seguía inclinada al...
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