El Grande Oriente : 11
El Grande Oriente : 11 de Benito Pérez Galdós Seguía viviendo Solita en casa de Doña Fermina Monsalud, adonde trasladó el pequeño mueblaje matrimonial; y su bondad y sencillez nativas, así como la gran desgracia que padecía, abriéronle pronto el corazón de la madre y el hijo. Otras personas necesitan largo tiempo y trato para ganarse una amistad profunda; pero Solita, a los ocho días ya era de la familia. Durante las largas ausencias de Salvador, que estaba fuera casi todo el día y parte de la noche, la señora mayor y la señorita, sin dejar de la mano una y otra labor de utilidad y entretenimiento, no cesaban de discurrir sobre las probabilidades de que el Sr. Gil de la Cuadra fuese puesto en libertad; y como el tema llevaba al áspero terreno de la política, concluían siempre diciendo mil desatinos, que en su buena fe y candor les parecían discretas observaciones o grandiosos...
Está viendo el 7% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas